Anda el corazón herido
por unos ojos que no le miran
temblando por los rincones
se encuentra sin un consuelo.
Sintiendo como se alejaba
la luz que le guiaba
la caricia que le llenaba
el amor que el amaba.
Vagando por arenales
sin cobijo que le arrope
sin abrazos que le calmen
que le alivien de esa pena.
Ingrato destino el suyo
que camina sin rumbo
sin quereres, ni perfumes
vacío de ternura, sumido en penumbra.
Cuanto dolor lleva encima
este corazón malherido
teniendo clavado en su interior
el fino puñal del olvido.
Quisiera tener ese bálsamo
para aliviar tanta herida
que traspasa el corazón
y nubla hasta la razón.
Lejos quedaron los momentos
que en su interior reinaba el amor
impregnado de aromas de placer
gozando cada instante de su mirada.
Ingrato amor que de el se ha olvidado
sumiéndole en una densa bruma
difícil salir de su espesura
pobre corazón solitario, malherido.
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