Las horas transcurren lentas, pintadas de gris
gotas de lluvia arrastradas por el viento
golpean incesantes el cristal de mi ventana
rompiendo el silencio y la magia
en esta tarde que el otoño nos regala
la lluvia cala en mi corazón, inundándose de melancolía
formando remolinos de tristes pensamientos
devorando tinta de sangre divina
que corre por mis venas y abraza mi figura
suspiro y me estremezco calando mis entrañas
me siento prisionera sin cárcel ni barrotes
el aire que respiro, es seco y me lastima
dejando mi cuerpo cansado, lleno de penurias
mas las penas existen, no lo dudo
las siento aferrarse y me torturan
devorando mis anhelos, cubriéndome con velo negro
amargo destino que enturbia heridas
con sueños, quimeras, lamentos oscuros
emociones ocultas en oscura penumbra
como tela de araña atrapando mi vida
deseo salir de este tormento, romper las ataduras
que me unen a ese fantasma que entra por mi ventana
sonriéndome con malicia envenenada
y a mi cuerpo sin permiso se encadena
intento rebelarme, soltar tantas cadenas
librarme de su embrujo, diabólico y malvado
sentir la lluvia que calme mis heridas
volar con el viento sin promesas ni ataduras
desnuda como dulce gotas de lluvia
atravesar las nubes tocar el firmamento
en esta larga, oscura y fría tarde
que el otoño me regala
