jueves, 17 de diciembre de 2015

"EL ESTRECHO Y VIEJO SENDERO"


El estrecho y viejo sendero
aún reconoce mis pasos
mas lentos y algo cansados
que en otros otoños pasados.

Allí guardados quedaron
sueños, de una niñez ya lejana,
de una niña que soñaba
al compás del sonido del agua.

Entre juncos y cañas
arena fina y alguna rana
bailaba el río su baile
con ritmo de jotas y danzas.

Con música de campanillas
que de los chopos salían
los blanquillos de hojas verdes
con sus ramas aplaudían.

Sonreían los gorriones
y cantaban los jilgueros,
que bajaban a su orilla
y con gracia ellos bebían.

Por compañeras de juegos
mil mariposas tenía,
que sus alas la prestaban
y así acariciar los cielos.

Mientras los ojos brillaban
el corazón seguía soñando
cascabeles iban sonando
mi infancia iba pasando.

Ahora el camino está sombrío
ya no canta el agua
ya no baila el río
ni hay mariposas que sigan el ritmo.

El estrecho y viejo sendero
hoy añora mis sueños,
que con el viento se fueron
dejándolo triste y sombrío.


martes, 8 de diciembre de 2015

"EN SUS OJOS SE REFLEJA"





En sus ojos se refleja la tristeza, 
la visión efímera de lo añorado
de aquello que se convirtió en la nada,
palabras vanas con alas rotas,
la sonrisa inquieta flotando en los labios
que fueron sellados con una mordaza invisible,
su voz se fue apagando en el instante mismo
que fue el centro del estallido de su mundo
y donde la armonía de su interior se hizo silencio.
Se sumergió en un mundo frío y oscuro
que fue envolviendo su voluntad y sus deseos
con papel pintado de indiferencia y desplantes,
el miedo fue atenazando su corazón
incapaz de despertar de ese letargo,
el pensamiento extraviado y vencido
a un destino que la zarandea con su zarpa,
perdida en la espesura de las tinieblas
su frágil cuerpo parece romperse,
sus deseos se hicieron silenciosa tumba
porque vive en su interior la misma muerte


"UNOS PIES DESCALZOS"



Unos pies descalzos arrastran cadenas
con eslabones de hierro oxidado,
que van hiriendo su cuerpo
en la noche perdida en el tiempo.
Se escucha quejidos y algunos lamentos
saliendo de una garganta herida,
sonidos sin armonía ni ritmo
dejando en el aire burbujas
que van elevándose buscando el cielo.
Su cuerpo, bailando de dolor y rabia
se tambalea y su corazón se acelera,
llevando en su interior clavada
la daga de la soledad y el miedo.

El silencio y la oscuridad se abrazan
en una noche fría y lluviosa,
la humedad va calando en los huesos
dejándolos entumecidos y torpes.
Cansado su cuerpo y dolida su alma
vagando por las calles sin un destino,
se mezcla la dureza del pensamiento
con las gotas de lluvia que rozan su rostro
y al caer en el asfalto se escucha un gemido,
 los pies cansados pisaron su propio reflejo
dejando su sombra manchada y partida.

El temor y el miedo se hacen compañeros
que en silencio invaden las entrañas,
bagando van buscando respuestas
que en la soledad de la noche no encuentran.