La luz forma figuras
claras y oscuras en una pared
blanca, sin escrito alguno
sin pisadas ni huella alguna
sintiendo cono se esfuma
el deseo y la ternura,
se esconden entre las ranuras
de esa piel en desventura
que duele y que lastima
de un sentir que perdura
como una vieja herida
igual que el niño en su cuna
de mirada serena y blanca luna
quien te cantará esa nana
y velara tu dulce sueño
quitando de él esas figuras
que llenan de miedo tu cuna
brillando en lo alto estará esa estrella
que será tu guía
en las noches frías y oscuras
hilvanaran filigranas de colores
como farolillos en noches de fiesta
donde los cánticos alegran los corazones
como la blanca espuma besando la arena
rozando la piel de la dama que espera
al dulce marinero que entre susurros
a ella la juró que volvería
igual que la joven luna
que regresa cada noche
trayendo su luz a las almas perdidas
cálida esperanza, soporte y guía
horas llenas de añoranza
recordando las andanzas
que un día ya muy lejano
salpicó de gloria una piel joven y tersa
hoy en la estación de las lluvias
el alma se sumerge en penumbra
vagando por el universo
encontrándose partículas de un olvido
que desvela algún secreto profundo
dudando de una existencia
en la cual el sol esta siempre sombrío
sintiendo ese dolor intenso en el costado
como herida de una puñalada
atravesando una carne desgarrada
desfalleciendo en horas de soledad
esperando un soplo de viento fresco
que pueda recomponer las costuras
de esa piel hecha jirones
esperando que las sombras
formen la figura de una rosa
en esa pared blanca sin escrito alguno
sin pisadas pero con besos y ternura.
