La calle está desierta, no hay niños en ella
el sol a dormir ya se ha ido, y la luna se despereza
las sombras de la noche a pasear han salido
y la noche caprichosa invita hacer locuras
la luna y las nubes jugando se encuentran
ella como mujer, quiere ser coqueta
y brillar en lo más alto con su vestido blanco
la oscuridad envidiosa robarla quiere todo su brillo,
mientras una legión de estrellas tejiendo se encuentran
un manto de perlas para cubrir a su reina,
esencias sublimes rocían su estela
consiguiendo con ello polvo de estrellas
en el espejo del agua la luna se mira
y vanidosa ella, se encuentra muy bella
y busca con ansia un amor que la entienda
en el claro del bosque se encuentra su amado
un joven hermoso, que a la orilla del río
noche tras noche a ella la espera
y del fondo del agua hechizada
la luna emerge, como hermosa doncella
embrujándole con sus miradas, con sus caricias
y con sutileza ella lo mima, lo besa
un inmenso deseo se respira en el aire
y las ansias de entregarse, en los dos son inmensas
los dos enamorados dan rienda con pasión
un amor alocado, apasionado, embrujado
jurándose que su amor durará eternamente
y la noche cómplice, les arropa con su hechizo
para que puedan gozar, noche tras noche de su embrujo.
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