El corazón esta sombrío
en el habita la agonía
cansado y sin armonía
la vejez le ha llegado
y se siente desamparado
dentro de un cuerpo arrugado
con los ojos sin pestañas
cansada la vista, sin ver casi nada
llenada de surcos su cara
y pálidas sus mejillas
encorvado, como un ciprés doblado
la vida le ha dado vaivenes
que le han dejado sin vienes
los días por él van pasando
en su silenciosa morada
sintiéndose prisionero
entre extrañas telarañas
menguadas ya sus fuerzas
con esas piernas tan quietas
son muy cortas sus pisadas
pareciera que sus pies
arrastrasen gruesas cadenas
y en su mente el pensamiento
se agita y le hace sombra
y el invierno con su manto
le cubre todo de blanco
y su cuerpo tiritando
se sienta y se queda temblando
en ese frío y solitario banco.
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