El cielo llora lágrimas de tristeza
escondiendo detrás de las nubes su belleza,
el aire arrastra pensamientos, liberándolos
como granos de arena en un desierto,
rompiendo el silencio de un amor eterno
que sueña con mañanas somnolientas,
entre sabanas de cálida seda
llenas de caricias y mensajes,
de sueños deslizándose por los poros de una piel
que va muriendo con cada suspiro,
esperando encontrar la libertad
entre la miel de unos cálidos labios
que van incitando a saborear la ternura
de un amor que va abrasando un cuerpo inocente,
quemándose en ese eterno placer
refugio de avatares y tormentas,
de tiempos que se pierden y no vuelven
de secretas esperanzas guardadas
en el fondo de ese corazón que tiembla,
ahogando sus latidos, desnudando sus anhelos,
añorando momentos imaginados y compartidos,
saboreando las notas de esa melodía
dibujada en un rostro resplandeciente
esperando encontrar su luz, su estrella,
mientras las sábanas se enfrían
los deseos no bailan al mismo compás,
la luna no calienta las noches frías, oscuras
y los cuerpos temblando se alejan,
porque el amor cuando deja de existir
se convierte en esclavitud,
se pierde libertad y se comienza a fingir
y el corazón se abraza al cielo
llorando lágrimas de tristeza
escondiendo entre nubes y penas su belleza.
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