domingo, 21 de abril de 2013

DIEGO Y EVA " ABEJITAS POR UN DÍA"




En un verde y hermoso valle esta instalada una gran colmena, allí viven dos lindas abejitas, dos hermanos llamados Diego y Eva.
Diego es delgado de pelo castaño, de ojos marrones claros, es inteligente, alegre y juguetón.
Eva es una abejita de unos grandes y hermosos ajos azules, es cariñosa, alegre e inteligente, algo tímida y un poquito coqueta.

Viven en una linda casita con sus Papás Javier y Maria, tienen mucha suerte viven rodeados de mucho cariño, tienen a sus abuelos, bueno "Yayos" con les llaman por allí, Carmen y Jesús  los "Papás de Mami" y Gabino y Lauri los  "Papás de Papi", de sus tíos y primos que los adoran porque son los peques de la familia.
Eva va a la guardería tiene muchas amiguitas para jugar y muy coqueta ella, cuando ve a su Yaya la pregunta:
 ¿Yaya la nena es guapa? ¡sí! dice la Yaya, Eva  riendo dice. 
¡Ya lo sabia, porque me lo dice la seño en la guardería!
Eva tiene muchos juguetes, muñecas, pero a ella también la gustan los coches de su hermano y se los quita "mas de un pellizco se ha llevado Diego por no querer dejárselos"

Diego tiene siete años y va al colegio, tiene que estudiar mucho pero a él le gusta pues le encanta las matemáticas, es un buen estudiante. Se queda a comer en el colegio, pero un día a la semana, su Yaya Lauri le recoje para comer con ellos en su casa, se agarra de su mano y alegre la pregunta -¿Yaya, que tengo para comer? Diego no es de mucho comer pero le gusta toda la comida que prepara su Yaya: los macarrones, patatas fritas.... pero lo que mas le gusta es el arroz con pollo ¡uhmm, uhmm......que rico está Yaya! dice Diego.

Luego van al parque, allí siempre tiene amigos con los que jugar, su Yaya le dice ¡no  te alejes mucho que  hay muchas aves rapaces y te pueden coger!  ¡tranquila Yaya que no me alejaré! -responde Diego.
Está muy atareado pues tiene que aprender a nadar, estudiar inglés y ahora  le han apuntado para hacer atletismo, para que se ponga muy fuerte, le dice su papá, cuando llega la noche está muy cansado y pronto se va a dormir.

Diego sabe que no tienen que ir solos al parque, pero un día junto con su amigo Abel deciden ir solos,  Eva  les escucha, y les dice ¡yo también voy! -¡No, tú no vas! contesta Diego, si no me dejáis ir con vosotros "amenaza", me chivaré ¡y se lo diré a mamá y papá!.

Ellos pensaron unos segundos ¡bueno que venga! ¡pero no te separes mucho de mi! dice Diego. Volaron y volaron  por encima  de ríos, árboles y prados llenos de flores, por aquí  por allá se posaban en las flores mas bellas ¡que bien se lo pasaban!.

De pronto un abejorro grande y negro apareció y se quedó mirando a Eva, 
<<¡que abejita tan linda, me la llevaré!>>, piensa el abejorro



¡De prisa Eva, vuela hacia nosotros! dice Diego asustado, ¡deprisa, repite Abel! pero el abejorro es mas rápido y cogiendo a Eva con sus garras se la lleva de allí a toda prisa, Diego se queda en medio del prado sin saber que hacer, ¿y ahora que haremos ? pregunta Abel.
¡Tenemos que seguirlo de prisa para ver donde la ha llevado! ¡Abel, tenemos que volar a toda prisa! 
<< ¡yo  no puedo regresar a casa sin Eva! >> piensa Diego

Volaron y volaron y no lo veían ¿descansamos  un poco aquí?  dice Abel. Se posaron sobre una rosa roja, enfadada una vieja mosca que estaba parada en ella les dijo. 
¡Marchar, esta rosa es mía!
Diego la pregunta ¿has visto un abejorro grande y negro, que llevaba una abejita en sus garras? ella se queda pensando y dice ¡no! ¡no he visto ningún  abejorro, marcharos y no me molestéis mas!

¿ Qué haremos, por donde seguiremos buscando? <<no se pero hay que seguir>> exclama Diego. Volaremos por la derecha, por la orilla del río, volaron mirando por todos los lados.

Estoy casado y tengo hambre dijo Abel, descansaremos un poco, se posaron en una hermosa zarza de moras rojas, comieron alguna mora, y de pronto escucharon.
¿Que hacéis aquí?  ¡tocando y comiendo mis moras! dijo enfadada una gran araña, ¡a ver decirme! Diego con voz temblorosa dice, estamos buscando a un abejorro grande y negro que se ha llevado a mi hermanita Eva  ¿tú  nos puedes ayudar a buscarla?.

La araña pregunto con voz gruñona  ¿vosotros donde estabais   ¿y con quién? ¡no os han enseñado que es peligroso para unas abejitas pequeñas volar solas!.
¿ Nos puedes  ayudar?. Estoy  muy asustado, por que no encuentro a Eva y si no me ayudas no se que  hacer ni a quien pedir ayuda.

La araña se les queda mirando y les sonríe, bueno, os ayudaré, dice la araña apiadándose de ellos. Acompañarme, conozco un abejorro que vive en el hueco de aquel manzano: ¡le preguntaremos a él!
¡Juanito, Juanito! exclama la araña ¿quién me busca?  preguntan desde el interior,
¡soy Adelita! contesta la araña.
Juanito sale y pregunta ¿qué te pasa, debe ser importante para venir a molestarme a la hora de mi siesta? pregunta gruñendo.
¡Si! ¡Lo es! dice Adelita.

Estos pequeños han interrumpido nuestro descanso, porque un abejorro grande y negro se ha llevado a su hermanita, y están muy tristes porque no la encuentran relata Adelita.
Juanito los miró con dulzura. ¡Nosotros les ayudaremos! y entre todos la encontraremos.

Empezaron a preguntar a <<unos y otros >> y ¡por fin los dieron algunas pistas! "puede que sea Hilario, el viejo y solitario abejorro que vive en el viejo nogal, que hay en la huerta del Tío Nicasio" -dijo Pepa, la avispa-  que vive en el tronco del hermoso roble.

Diego y Abel estaban muy cansados y asustados ¿lograremos encontrar a Eva? se preguntaban.
Todos se dirigieron hacia el huerto del Tío Nicasio, Juanito les dice ¡esperar aquí!. Yo me acercaré con cuidado para ver si veo algo extraño.
Y acercándose con mucho sigilo pudo escuchar la voz ronca del viejo Hilario. 
¡Niña, tienes que comer algo! -¡no, yo quiero irme a mí casa! dijo una voz suave pero enérgica
¡Yo quiero irme con mis papás! y el viejo Hilario contestó ¡ahora, tu casa es esta!.

Juanito el abejorro que vivía en el manzano se acerca a los demás diciendo: ¡ya la hemos encontrado! la tiene el viejo Hilario y ahora hay que pensar como sacarla de allí. 
¡Sí,sí sacarla de allí! dice nervioso  Diego.
Pepa la avispa, propone. Yo llamaré y le distraeré, mientras vosotros entráis a por Eva. Bien dice Juanito ¡pero tener cuidado para que  no nos vea!

Pepa se acerca al viejo nogal y a voces dice ¡Hilario, Hilario! ¡sal!
Hilario no contesta. Pepa insiste ¡Hilario,Hilario!  ¡sal!
¿Qué quieres? dijo Hilario enfadado, y con voz suave Pepa, la avispa contesta: asómate Hilario que te traigo una deliciosa tarta de moras rojas.
Hilario pensó esto le tiene que gustar a la pequeña abejita. Y saliendo del viejo nogal grita.
  ¡Aquí estoy! ¿donde  tienes la tarta?. 
¡Aquí, aquí! dice Adelita, para alejarlo un poco del nogal.

Mientras Juanito se mete en el hueco del nogal para rescatar a Eva.
¡No! gritó Hilario, dándose cuenta de lo que pasaba. ¡Soltarla que la abejita es mía! dice todo serio y enfadado.
Diego agarrando la mano de Eva exclama ¡ella es mi hermana y se vendrá conmigo! dice con fuerza ¡y no la volveré a soltar jamás! y con ayuda de Juanito, Adelita y Pepa, la rescataron: 
 <<y allí quedó Hilario el abejorro grande y negro, otra vez solo>>.

Juanito el abejorro bueno, que vivía en el  hueco de aquel manzano
Adelita la araña que vivía en la hermosa zarza de las ricas moras rojas
Pepa la avispa que vivía en el tronco del hermoso roble.
¡siempre, siempre serían sus amigos¡ 
Por fin pudieron los tres volver a casa felices y contentos.

¡Despierta Diego,despierta! Diego abrió los ojos era su mamá que lo llamaba, ¡estaba en su cama, en su habitación con sus juguetes! se tocó, no era una abejita; tocando con sus manos la cara de su mamá gritó ¡No! ¡no soy una  abejita, soy Diego un niño! de un salto fue a la habitación de Eva, su hermana pequeña, ¡allí estaba ella dormida en su cama! y  acercándose  la dio un beso  << muy pero que muy fuerte>>

Papá, mamá no soy una abejita, no soy una abejita repetía dando saltos de alegría. 
<<Todo había sido un sueño>>
Sus Papás no entendían nada, ¿qué día es hoy? pregunta nervioso, mamá le contesta, hoy es Domingo.

¡Domingo! exclamó excitado ¡bien, bien! el mejor día de la semana, irían a comer con sus queridos Yayos, Lauri y Gabino y allí junto con sus papás y su hermanita Eva estarían sus tíos  Raul, Marta, Magdalena y Roberto  y pasaría el mejor domingo de su vida, no era una abejita y podría  volver a comer arroz con pollo ¡que tanto y tanto le gustaba!.  

Luego irían a casa de los Yayos, Carmen y Jesús y les daría ¡muchos ,muchos, pero que muchos besos!


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