Escucho, como susurra el viento,
sentada dentro de los muros de mi casa,
escucho en silencio su lamento,
arrastra memoria de un tiempo
ya lejano y casi olvidado
en la espesura de la memoria,
gotas resbalan por los cristales
dibujando formas de lágrimas saladas.
La mirada se pierde en la nada
en estas horas que rompen el silencio
de pensamientos extraviados en el pasado,
imágenes que se mezclan formando
reflejos de una vida con formas nuevas,
suspiros exhalan unos labios que tiemblan
me refugio entre recuerdos y huyo del dolor
que los deseos ausentes van formando ramilletes
con las promesas que jamás se cumplieron.
El viento pone música a mi soledad
que por un instante paraliza el corazón,
mas las ilusiones se asoman de nuevo
algo tímidas, pisando de puntillas
se van metiendo por el torrente de mis venas
salpicando con su alegría mi amarga orilla.
La noche se hace oscura y fría
y el viento sigue con su cantinela,
con esa música que contra el cristal choca
algo hostil y lastimera, que va soltando
las cuerdas de las alas de mil pájaros inquietos.
Se agita el corazón al removerse los sueños,
al despertar de nuevo las ilusiones adormecidas
con palabras de dulces acentos,
siento como el viento acaricia
las palabras en el papel escritas,
son como una estrella alumbrando mi alma
en esta noche negra que llora y se lamenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario