Se pierden los caminos
que llevan a los sueños
aquellos que suspiran
perdidos en el tiempo.
Quizás es que la niebla
se pegue a las pestañas
de ojos que se nublan
guardando sus secretos.
Aquellos que un día
pasaron por la vida
dejando entre las manos
suspiros y sonrisas.
Quizá fuera la brisa
que trajo sus misterios
rozando la pupila
perdida en la penumbra.
O fueron esas lágrimas
brotando de unos ojos
tristes y cansados
añorando la ternura.
Quizá son esos miedos
que esperan en la sombra
a que las nubes tapen
recelos y derrotas.
Tal vez fueran deseos
de ver en los cristales
escritos sin palabras
las notas de aquel verso.
Que un día escribieron
con dedos temblorosos
pensando en aquel beso
que otros labios le dieron.
O tan solo fue el anhelo
de ver en las estrellas
la luz que sea el faro
que alumbre el camino perdido.
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