LLevo mi espalda cargada
de cantidad de pesares
unos son algo ligeros
otros pesan como espadas.
Quizás sean mis años
que atravesaron grandes zarzales
arañando con sus espinas
un corazón ignorado.
Es largo el camino
es silencio y es locura
que desvela la tortura
de un cuerpo perdido en la bruma.
Danza el viento humedecido
buscando consuelo y anhelo
en ese eterno desvelo
queriendo encontrar el camino.
En una tierra quemada y sombría
limpiarla de tantas cenizas
que empapan la senda que piso
dejando estelas sin brillo.
Vivir una vida tranquila
llenarla de esperanzas y ternura
olvidar tantas penurias
que llenan mis días sin luna.
Siento que vuelve la pena
me abraza y me deja inquieta
se olvidó de mi la primavera
vivo en un eterno invierno.
Sueño a veces despierta
que hay luz mas allá de los tejados
que quiere abrazar al viento
y dejar un beso en el alma.
LLevo mi espalda cargada
de susurros que me dicen
que el amanecer y el alba
trairán un mejor mañana.
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