martes, 12 de marzo de 2013

ELISA , LA GATA QUE VINO DE LA CAPITAL












Si tenéis un rato para leer, os contaré mi historia:

Yo nací en una ciudad, en un barrio de casas bajas con bonitos patios, donde todos los vecinos se conocían y tenían amistad, con algunos mas que con otros.

Nací en una casa habitada por Elisa, una señora de mediana edad y su hijo Federico,  allí todo era tranquilidad, junto con mis hermanos pasábamos el día jugando , comiendo y tomando el sol.

 De pronto una mañana, Elisa me cogió con sus manos ¿ que raro ?  pensé, ella nunca lo hacía, con ella estaba una vecina muy apreciada y una señora extraña que nunca había visto, de pronto me vi metida en un lugar pequeño que apenas entraba luz, y oí hablar algo que no entendía, tendría que hacer un largo viaje.

¿Qué tal llegaría metido en la cesta?  ¿como me iría?.. Caminamos un ratito  la vecina y la señora extraña que me llevaba del brazo metida en la cesta, la vecina dijo ¡ sube que el tren va a partir ! me depositó en el suelo, aquello se movía y hacia un ruido que nunca había escuchado, se paraba y después de oír un pitido fuerte volvíamos a movernos, hasta que se paro y la señora cogió la cesta y se bajo del tren. 

Yo estaba algo aturdida pues no sabia que estaba pasando, con lo tranquila que estaba yo todas las tardes, me subió a un coche  según escuché, que aventura, donde me llevaría y cuando podría salir de aquel sitio tan pequeño. Cuando aquello paró la señora cogió la cesta del brazo y empezó a caminar ¿cuando iba a sacarme de allí ?.


De pronto paró y escuché ¡mamá! ha llegado mamá.

Yo estaba un poco asustada no entendía nada, de pronto la luz me deslumbró que horror ¿cuántos ojos me estaban mirando? unas manos me sacaron de la cesta y escuché ¡yo también la quiero coger! me cogían, me soltaban, que se creían que podían hacer lo que quisieran  conmigo, me soltaron ¡ por fin libre !  que casa mas extraña no la conocía, vi una puerta abierta y salí al patio. Allí había unos seres extraños que nunca había visto se quedaron mirándome,  eran gallinas, pues a gritos dijeron  ¡ cierra la puerta no se salgan las gallinas !  aquello me resultaba extraño echaba de menos a mis hermanos, allí todo era raro, alguien gritó ¡ ya es hora de dar de comer a los cerdos !  que seres  tan extraños me retiré rápido (qué boca) si no doy un salto acaban conmigo. Me retiré un poco y vi unos seres grandes negros con cuernos y una lengua enorme que pretendía lamerme. 

¿Pero donde me habían traído? que selva era aquello,  de pronto  me vi  subido por los aires y escuché: ¡ que ojos verdes tan bonitos tiene ! era un chico  pequeño de ojos grandes  a su lado estaba  una niña de grandes ojos azules que me miraba con una gran sonrisa, aquello me gustaba mas, y preguntó ¿ no tiene nombre, como la llamaremos ? ¡ Elisa !  escuche, que extraño Elisa era mi dueña, y ella no estaba allí   miré y vi a una chica de ojos parduscos que repitió  ¡ la llamaremos  Elisa  !  como su antigua dueña.


Habría  que bautizarla dijeron y cogiéndome en brazos me llevaron dentro de la casa, la chica mayor cogió un vaso lo lleno de agua y dijo: yo te bautizo  en el nombre del padre y del hijo y.....me echó  por encima de mi cabeza el vaso de agua, ¡ estaba loca ! no sabe que a los gatos no nos gusta que nos mojen, y gritando dijo.

¡ Mama ! la gata se llama Elisa, y la acabamos de bautizar, la madre los miró con sus dulces ojos azules, su bonita sonrisa y les dijo bien, me gusta el nombre que habéis elegido.

Ese fue el primer día en mi nuevo hogar pasaban los días y aquello me iba gustando cada día mas, tenía mas libertad que en la ciudad, podía entrar y salir a mi antojo, subirme  al tejado y tomar el sol en un precioso rincón que descubrí, me sentía bien, pues a mi era a la única que dejaban entrar en casa, las gallinas no podían entrar y los demás animales tampoco. Me gustaba que los chicos quisieran cogerme, yo me acurrucaba  en sus brazos y ellos me acariciaban  eso me gastaba.





En mi salidas encontré un lindo gatito y.......... de  pronto un día escuché ¡ mama ! que gorda esta Elisa, y ella contestó, niños Elisa va a tener gatitos, el tiempo pasó y cuando llegó el día de tener mis gatitos, busqué un sitio cómodo, limpio y calentito y dónde mejor que en una cama, dicho y hecho, allí me metí y tuve cuatro lindos gatitos.  

¡ Mama !  gritó la chica  de los ojos pardos, Elisa ha tenido los gatitos  en mi cama, se enfadó un poco pero que quería, yo no podía traer al mundo a mis gatitos en el pajar, donde iba a parar, donde estuviera la cama blandita, que se quitara la áspera paja o el oscuro desván.
Mis gatitos crecieron conmigo y los chicos los querían y cuidaban. Yo seguía entrando y saliendo y encontrando lindos gatitos y......... un día volví a escuchar.                              

¡ Mamá !  ¿ Elisa esta gorda, tendrá mas gatitos ?  mamá  contestó eso creo, habrá que tener cuidado cuando llegue el día,  yo veía que me vigilaban, y no me dejaban acercarme a las camas, pero yo  lo tenia decidido y tendría  mis gatitos en la cama, y así fue en la cama los tuve, se enfadaron un poco pero luego viendo los gatitos se les pasaba.


Así paso mi vida, me gusto mucho mi casa del pueblo, y mis nuevos dueños, tuve mas gatitos y os diré que siempre los tuve  en la cama, un día  ellos exclamaron:

 ¡  Esta  Elisa, que fina es !  riendo contestaron .  Claro,  como que vino de la Capital.





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