jueves, 27 de abril de 2017

"ERA DE NOCHE EN SU CORAZÓN"


Era de noche en su corazón a pesar de que acababa de salir el sol, sentía como un escalofrío recorriendo todo su interior, no sabía como afrontar el día ¿acaso no tendría las fuerzas suficientes? se preguntaba.
En silencio escuchaba los ruidos que entraban desde fuera, ruidos que esa mañana la parecían más inseguros, más inciertos; quizá fuera su estado interior lo que la hacia percibirlos de esa manera.
Parada frente al espejo apenas reconocía la imagen que el cristal la devolvía, sus ojos de un azul claro hoy la parecían más oscuros como presagiando la tormenta que estaba por venir, el pelo (tendría que hacer algo con su pelo) enredado, despeinado, sin brillo. Con lentitud tocó su cara con la punta de sus dedos y notó las hendiduras que el paso del tiempo había dejado en su piel. Con paso lento recorrió la distancia hasta la cocina, se haría un café, pues sentía que estaba vacía, mientas esperaba que el café estuviera listo se distrajo observando todo lo que la rodeaba, la cocina al igual que ella pedía a gritos que la recompusieran. Se tomó su café ensimismada en el entramado de sus pensamientos, estaba en medio de una batalla que sin duda pensaba que la tenía perdida.
Debía buscar alguna salida, renacer de sus propias miedos y de sus propias limitaciones, sería como nacer de nuevo dejando atrás días oscuros en los cuales su piel se fue llenando de cicatrices.
Sería un camino largo y difícil en el cual tendría que superar desde lo más intimo de su ser esa inseguridad que la había invadido todos y cada uno de sus órganos, y se había instalado especialmente entre las paredes de ése que unas veces latía muy despacio y otras la obligaba a pararse asustada del galope que cogía sin pedirla permiso, ese órgano llamado corazón que la mayoría de las veces sus latidos llevaban la contraria a su cerebro.
Se levantó y con la taza en su mano se dirigió a la ventana, apartó lentamente el visillo que la cubría y no la dejaba ver el exterior, de nuevo la vida se mostraba ante sus ojos aunque ella seguía viéndola vacía, tendría que empezar a dominar todo aquello que la rodeaba y transformarlo en algo valioso que la permitiera ordenar y desacerse a la vez de todas sus ataduras.
Intentaba animarse diciéndose que una derrota no es derrota hasta que finalmente lo es y eso solamente dependía de ella misma, sentía que todavía no había escrito la última página de su vida.

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