Escucho en mi interior algunas quejas
que dejan inquietudes y protestas
se funden con deseos incumplidos
y hacen que lamente y suspire.
Espero impaciente que despierte la mañana
adormeciendo la escarcha y el rocío,
que el misterio que guarda el nuevo día
calme las heridas y del llanto nazca una sonrisa.
Buscar las respuestas por caminos polvorientos
al ritmo de pisadas inocentes,
de gente con sus sueños y sus sombras
danzando al compás del mismo sueño.
Quisiera encontrar en mi camino
un mundo sin maldad y sin rencores
donde el pobre solitario encontrara
su añorada libertad y su destino.
El corazón late muy deprisa,
el llanto y la risa le confunde,
siente que se altera sus latidos
y tiembla cuando pasas a su lado.
Despierta del letargo del invierno
y busca el sol del mediodía,
recuerda que la sangre habita en tus venas
y lucha sin descanso por la vida.
Entiendo que el cansancio se apodere
de tus ojos, de tus manos y tu cuerpo
y los pasos se conviertan en rutina
confundiendo tus palabras y tu vida.
Mas piensa que la vida es un suspiro
que al igual que las rosa se marchita,
las horas del reloj siguen su curso,
hay amores y promesas que perduran.
Mas es mejor pensar en el presente,
en el hoy, en el instante, en el latido,
ese que entrelaza deseos y sentimientos
invitándote a soñar con lo desconocido.
Escucho en mi interior algunas quejas
mas no importa, pues tengo esperanza
que los sueños y los anhelos de mi pecho
palpiten al compás de las estrellas.
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