Como desiertos de arena
flotando en nubes inversas,
queriendo ser nubes negras
y viajar en la noche eterna,
como peregrino danzando
eternamente por ese calvario
buscando siempre el ocaso
de un alba ahogada en suspiros.
En una vida sellada de silencios
con un cuerpo doblegado
atrapado en su destino,
a cada paso se hace más latente
el temblor que recorre una piel
sumida en retales de amargura,
que van devorando sin piedad
la luz que va dejando en penumbra
unos huesos pálidos, desnudos
como largos centinelas
carceleros de su presa,
impidiendo cruzar esa puerta
salir de esa oscura caverna
que da cobijo al más negro de los abismos
haciendo perder el equilibrio
el cuerpo de ese pobre vagabundo
prisionero de su abandono
sintiendo la profunda caída
que su mente enloquecida
le hace desvariar por las esquinas,
viendo fantasmas de oscuro plumaje
sedientos de sangre fresca,
sin darle ninguna tregua
quebrantando su voluntad
sumergiendo su mente
en una zona sombría,
destruyendo sus recuerdos
dejando lisas las paredes
que pintan el pensamiento,
como desiertos de arena
como grandes nubes negras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario